La última de las procesiones penitenciales de la semana santa fue, como todos los años, la procesión de la Virgen de la Soledad, el sábado por la tarde, de la Cofradía de Las Angustias, que a las seis y media, salió de su capilla, con su banda de cornetas y tambores abriendo la misma. Las representaciones de las cofradías de Las Aguedas, Jesús Nazareno y la Vera Cruz. La Virgen en su carroza y el párroco de El Salvador, Arturo Cabo Carrasco, rezando el rosario con alguna de las oraciones cantadas. Al llegar la imagen a la puerta del Centro Social de Santa Marina, esperaba la imagen de Santa Marina y el momento de este encuentro fue aprovechado por Arturo, para hacer una reflexión sobre el dolor de una madre que acaba de ver morir a su hijo en la Cruz. La procesión continuó su camino hasta la capilla, donde antes de entrar, se entonó la Salve popular por todos los asistentes a la misma. En toda la semana santa solo se suspendió la procesión del Jueves Santo.
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