Cayo Valenciano
El pregón de Semana Santa, que pronunció este año el párroco de El Salvador, Arturo Cabo Carrasco, en la iglesia de El Salvador, fue un pregón totalmente centrado en todas y cada una de las procesiones de esta semana santa bañezana, que comienzan con el viernes de Dolores y finalizan con el domingo de Resurrección. Con total claridad, con un sentimiento profundo y un ensalzamiento de la religiosidad y de la profundidad de fe que atesoran todos y cada uno de los actos tanto de la liturgia como de los desfiles procesionales, fue desgranado el trabajo de cada una de lasa tres cofradías que procesionan durante nuestra semana santa, destacando sus logros y animando a seguir por el camino del trabajo bien hecho y de la continuidad. Por ello destacó los desfiles de los niños, como el del Santo Potajero, el de viernes santo que hace la cofradía de las Angustias para visitar las iglesias y capillas; y el viacrucis de los pequeños de la cofradía del Nazareno. Ellos, dijo, son los que iniciándose ahora en la puja de los pasos, serán los que dentro de unos años relevarán a los actuales y por ello las cofradías seguirán vivas y la semana santa seguirá alumbrando la fe de los bañezanos en una semana redentora.
Explicó la mejora de las cofradías en cuanto a las imágenes y demás objetos y distintivos que tiene la semana grande de Pasión de nuestra ciudad, destacó muchos de los logros, la compra y restauraciones de las imágenes y tronos y sobre todo las procesiones que se volvieron a recuperar durante los veintiséis años que él lleva como párroco de El Salvador, como la procesión del Nazarenín, o Santo Potajero, la de la Soledad que se suspendió cuando los actos litúrgicos pasaron a la tarde y la cofradía solo pudo seguir con el Santo Entierro, el viernes santo, del que destacó la costumbre del desenclavo que también se había dejado de celebrar y cómo él volvió a recuperar la procesión de la Soledad de las Angustias, poniéndole un nuevo itinerario y realizándola el sábado por la tarde. Finalmente se congratuló de que la Cofradía de la Santa Vera Cruz hubiera vuelto a recuperarse, después de estar en el olvido desde mil novecientos cincuenta y seis hasta mil novecientos noventa y seis, en que gracias a Vicente Cadenas, a Mario Núñez y a Conrado Blanco, se pudieron hacer nuevos estatutos que fueron aprobados por el Obispado y el Gobierno Civil y se pudo volver a sacar a la calle el Encuentro entre el Nazareno de la caida y la Verónica. Hasta que en el dos mil dos, la siempre recordada y maravillosa mujer bañezana, Josefina Luna, regaló la imagen de la Virgen de la Esperanza a la Cofradía de la Vera Cruz y esta cofradía pudo realizar tres procesiones cuando antes solo celebraba una hasta que desapareció, como son la del domingo de la Virgen de la Esperanza de la Cruz, el encuentro del martes santo, que antes de desaparecer era el jueves santo por la tarde y el misesere en la madrugada del jueves santo, que se volvió a recuperar, por lo que ahora desde el Viernes de Dolores, hasta el Domingo de Pascua, todos los días, hay procesiones en nuestra ciudad, a parte de los actos litúrgicos. El pregón estuvo lleno de sentimiento por la fe, por la ciudad y por su gran semana santa, esperando que esta siga en aumento y que el verdadero motivo de la misma, sea la religiosidad y la fe. Fue muy aplaudido y los jueces de las tres cofradías le hicieron entrega de un cuadro con las tres imágenes titulares de cada una de las cofradías.
El pregón de Semana Santa, que pronunció este año el párroco de El Salvador, Arturo Cabo Carrasco, en la iglesia de El Salvador, fue un pregón totalmente centrado en todas y cada una de las procesiones de esta semana santa bañezana, que comienzan con el viernes de Dolores y finalizan con el domingo de Resurrección. Con total claridad, con un sentimiento profundo y un ensalzamiento de la religiosidad y de la profundidad de fe que atesoran todos y cada uno de los actos tanto de la liturgia como de los desfiles procesionales, fue desgranado el trabajo de cada una de lasa tres cofradías que procesionan durante nuestra semana santa, destacando sus logros y animando a seguir por el camino del trabajo bien hecho y de la continuidad. Por ello destacó los desfiles de los niños, como el del Santo Potajero, el de viernes santo que hace la cofradía de las Angustias para visitar las iglesias y capillas; y el viacrucis de los pequeños de la cofradía del Nazareno. Ellos, dijo, son los que iniciándose ahora en la puja de los pasos, serán los que dentro de unos años relevarán a los actuales y por ello las cofradías seguirán vivas y la semana santa seguirá alumbrando la fe de los bañezanos en una semana redentora.
Explicó la mejora de las cofradías en cuanto a las imágenes y demás objetos y distintivos que tiene la semana grande de Pasión de nuestra ciudad, destacó muchos de los logros, la compra y restauraciones de las imágenes y tronos y sobre todo las procesiones que se volvieron a recuperar durante los veintiséis años que él lleva como párroco de El Salvador, como la procesión del Nazarenín, o Santo Potajero, la de la Soledad que se suspendió cuando los actos litúrgicos pasaron a la tarde y la cofradía solo pudo seguir con el Santo Entierro, el viernes santo, del que destacó la costumbre del desenclavo que también se había dejado de celebrar y cómo él volvió a recuperar la procesión de la Soledad de las Angustias, poniéndole un nuevo itinerario y realizándola el sábado por la tarde. Finalmente se congratuló de que la Cofradía de la Santa Vera Cruz hubiera vuelto a recuperarse, después de estar en el olvido desde mil novecientos cincuenta y seis hasta mil novecientos noventa y seis, en que gracias a Vicente Cadenas, a Mario Núñez y a Conrado Blanco, se pudieron hacer nuevos estatutos que fueron aprobados por el Obispado y el Gobierno Civil y se pudo volver a sacar a la calle el Encuentro entre el Nazareno de la caida y la Verónica. Hasta que en el dos mil dos, la siempre recordada y maravillosa mujer bañezana, Josefina Luna, regaló la imagen de la Virgen de la Esperanza a la Cofradía de la Vera Cruz y esta cofradía pudo realizar tres procesiones cuando antes solo celebraba una hasta que desapareció, como son la del domingo de la Virgen de la Esperanza de la Cruz, el encuentro del martes santo, que antes de desaparecer era el jueves santo por la tarde y el misesere en la madrugada del jueves santo, que se volvió a recuperar, por lo que ahora desde el Viernes de Dolores, hasta el Domingo de Pascua, todos los días, hay procesiones en nuestra ciudad, a parte de los actos litúrgicos. El pregón estuvo lleno de sentimiento por la fe, por la ciudad y por su gran semana santa, esperando que esta siga en aumento y que el verdadero motivo de la misma, sea la religiosidad y la fe. Fue muy aplaudido y los jueces de las tres cofradías le hicieron entrega de un cuadro con las tres imágenes titulares de cada una de las cofradías.
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